domingo, 4 de noviembre de 2012

De huracanes


He de compartir mi indignación (nuevamente, parezco una acumulación de ira social) acerca de los horrores que rodean al huracán Sandy.

Que horror lo que  han pasado los neoyorquinos, por favor, que mal lo han tenido que pasar con esas inundaciones y sin  luz por los cortes que provocó el huracán, que horror no salir de casa. Y ahora a arreglar los destrozos y desperfectos que se han podido causar. Supongo que serán millones los que se necesiten para arreglar la ciudad y volver a la normalidad. Si, porque ellos si tienen ese dinero y sí pueden permitirse arreglar una ciudad devastada.

No como Haití, no como Cuba. No como ellos, que han perdido  mucho más. Ellos no se han quedado sin luz o sin gas, ellos se han quedado sin zonas de cultivo, pues se han anegado; ellos se han quedado sin casa porque (sorpresa) los materiales no eran tan resistentes ni estaban tan preparados para un posible desastre de este calibre.

Pero la información en el telediario y en los periódicos llegaba siempre del mismo sitio, de donde hay corresponsales, de donde puede llegar el dinero y de donde creemos que puede salir la solución a nuestros problemas económicos. Como ya ha pasado el huracán pues hablamos de las elecciones, que es lo importante, todos lo sabemos.

Qué malo es lo que estamos pasando en España porque no hay dinero, ¿verdad? Porque muchos no tienen ni para gastar en lo básico, lo básico que si se puede cultivar en este país, gracias a Dios. ¿Es que a nadie se le cae el alma a los pies al pensar que incluso cuando el sufrimiento afecta a más de un sector pudiente de la sociedad nos centramos en aquel con más poder?, ¿de verdad alguien se cree que cubanos y haitianos no van a necesitar ayuda? O qué pasa, que como no sale en el telediario será que el sufrimiento es menor y no tiene la importancia como para ser noticia.

 ¿es eso?

La persona más sabia que conozco (mi padre) me dijo algo que no paro de repetirme: “vivimos en una crisis económica, pero la peor crisis que sufrimos es la crisis de valores”.

Así es, tenemos lo que nos merecemos, porque incluso con la que está cayendo aquí, cuando hay un problema nos preocupamos por aquellos de los que podremos sacar beneficio en un futuro.

 We get what we deserve. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario