Si, soy una llorona en potencia, lloro por todo, lo bueno lo malo y lo regular.
Todo esto es lo que suele suceder cuando empiezas a escuchar una canción que te emociona, que te embriaga por completo y que te hace cerrar los ojos y querer gritar a todo pulmón la letra. Esa inexplicable sensación que experimentamos todos con diferentes temas musicales pero que vivimos de forma muy parecida.
No tiene por qué ser una canción alegre o triste, no tiene que tener razón de ser, simplemente es esa canción en ese preciso momento, que te envuelve y se convierte en tu único acompañante allí donde estés. Te hace sentirte solo y acompañado, solo pero protegido, solo pero fuerte.
Quiero mostraros dos canciones que me hacen sentirme así. Dos canciones que tratan temas distintos con melodías diferentes, voces con diferentes matices y sin nexo aparente pero, mira tu por donde, las dos me hacen sentir lo mismo. Me emocionan.
Jacques Brel: Voir un ami pleurer
Mumford and sons: The cave
No son ni mucho menos las dos únicas canciones, pero sí las que me apetecía compartir con vosotros para que las disfrutéis, a ser posible, tanto como yo. Siempre es buen momento para exprimir sensaciones.
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