Me lo creo todo.
Pero cuando digo todo, es todo. Veo un documental sobre la
existencia de sirenas, y lo comento con una amiga intentando convencerla de la
realidad de los datos, he esperado el fin del mundo y he visto adivinos por la
tele (a horas intempestivas) a los que he querido llamar porque, “igual sí que
son adivinos y lo que pasa es que nadie en la humanidad menos yo ve la
realidad”.
Se puede considerar que soy muy impresionable, muy inocente
o incluso que soy muy niña, pero ninguna de esas palabras me representa.
Yo soy soñadora.. Me gusta interpretar lo
irreal,me ilusiono con facilidad, trato de imaginarme lo que podría ser, impresionarme con aquello que, en el
fondo, sé que es imposible. Según mi
mejor amiga “de no ser porque te rodeas de gente cuerda, ya estarías en una
secta. Eres carne de cañón"
Estoy convencida de que tiene razón.
Pero si: me creo la primera visita a la luna, creo que te
puede pasar algo si te tragas el chicle, creo en las sirenas, creo que Walt
Disney está congelado para resucitarlo, creo que la vacuna del sida se
descubrió y hay un complot para que no se sepa, no descarto los castigos que me envía el
karma, creo que las impresoras tienen un mini-cerebro lleno de maldad que
intercepta lo que queremos y hace lo contrario, me creo todas las historias de “bandas
y mafias”, me creo que los chinos cocinan de todo menos pollo y ternera y creo,
firmemente, que las peluqueras son tertulianas de Telecinco que hacen horas
extra fuera de plató.
Así soy, más feliz que una carraca y más impresionable que mi abuela viendo Avatar en 3D.
Bravo yo.
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