Todos deberíamos plantearnos el legado que vamos a dejar a
las generaciones futuras, cómo vamos a influir en ellas. Yo, por mi parte,
dejaré por escrito lo que desearía con toda mi alma que mis hijos hicieran.
No se cómo será la vida, pero de lo que estoy segura es que
seguiremos siendo emociones y sensaciones.
Como siempre digo, seguid leyendo con la canción puesta, por favor.
A las futuras generaciones:
Respetad a vuestros mayores. Tratadles como queréis que os
traten cuando lleguéis a su edad. Dejadles el asiento en el autobús, ayudadles
a cruzar la calle, escuchadles pacientemente. Atesorad lo que os cuenten, está
lleno de experiencia y sabiduría.
No os apeguéis a cosas materiales. Se irán, como se va todo
lo que podemos tocar con las manos.
Compartid, sed generosos en actos y en palabras. Sentid que
la sensación de actuar bien es muy superior a tenerlo todo.
Leed. Leed muchísimo, pero no os dejéis llevar sólo por lo
novedoso. Explorad de Platón a Unamuno, de Noah Gordon a Roal Dahl. Sed cultos
para poder usar la palabra como defensa ante situaciones que lo requieran.
No permitáis el miedo en los ojos de nadie, no creáis tanto
en la democracia como en amar a los demás.
Luchad por los ideales que os inculcaron, porque no basta
con sembrar, hemos de regar lo cultivado.
Viajad. Explorad culturas, religiones, formas de vida y
costumbres, todo ello os hará tolerantes y libres.
Sonreíd mucho y a todas horas. Regalad alegría.
Valorad lo que vuestro entorno hace por vosotros, no
necesariamente hay que entender lo que hacen para saber que lo hacen por
nosotros.
Estudiad lo que os haga felices y no lo que os digan.
No juzguéis a nadie por su aspecto o su actitud. Aprended a
convivir en un entorno diverso, respetad, pero defended vuestros valores.
No os acomodéis. Luchad siempre por mejorar.
Y lo más importante, decídselo a las generaciones que os
sigan.
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