Me he enamorado.
Tengo facilidad para ello, de hecho me paso el día
enamorándome de cosas fútiles, tangibles, caducas.
Dato: No sigáis leyendo sin escuchar a la vez la canción.
Me enamoro de la luz
de Madrid cuando está amaneciendo tras una noche en vela, porque me he bebido
dos botellas de dos litros (“ojo-cuidao”) de Coca-Cola para acabarme la cuarta
temporada de “Sons of Anarchy”, de la cual también estoy enamorada.
Me enamoro de los vinilos y la sensación de antigua belleza y aprecio que me producen. Me enamoro
del sonido del reproductor y de cómo la aguja roza el enorme disco para tocarlo
sin herirlo. Me enamoro de las portadas de los vinilos que poco a poco estoy
adquiriendo.
Me enamoro de la música, de la que uso para relajarme, para
bailar, para cocinar o para salir de fiesta. Me enamora la necesidad de escuchar
música.
Me enamoro de la risa de mis amigos entre tintos de verano y
olor a fritanga del bar de abajo.
Me enamoro de la sencillez del niño que había en el metro
que saludaba a todos los pasajeros fueran como fueran. Cosas que tiene la
inocencia infantil, que no distinguimos ni razas, ni estatus ni capacidad
intelectual o económica.
Me enamoro del maletín de pinturas que me regalaron por mi
cumpleaños y que uso para pintar cuadros que luego comparto con mis amigos para
ver lo que les produce o despierta, (“pero qué es eso, Sara, no se entiende
nada”).
Me enamoro de sus reacciones. Me enamoro locamente de mis
amigos y doy gracias por tenerlos.
Me enamoro de los mensajes de whatsapp inesperados y de los
emoticonos absurdos (bendita berenjena).
Me enamoro de una Batucada improvisada en plena calle que
nos lleva a bailar como locos entorno a ellos mientras suenan instrumentos de
percusión imposibles de pronunciar incluso sobrios.
Me enamoro del color de los árboles y del movimiento del
agua del mar.
Y soy muy feliz. Feliz
de ser capaz de enamorarme constantemente de cosas que me alegran y me aportan
paz interior. Soy feliz porque lo puedo compartir con los que quiero y con los
que ni siquiera conozco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario