viernes, 16 de agosto de 2013

Por trece céntimos

Volvía yo a mi casa esta mañana feliz de haber hecho todos los recados, con un par de lienzos nuevos para entretenerme en casa y pensando qué hacer para comer porque, para variar, se me ha olvidado descongelar comida y ya ves tu que pereza otra vez arroz. 

Llego a la parada de autobús, miro la pantalla de horarios.

Quince minutos enteros y verdaderos para que llegue el bus. Madre del Señor, cómo se nota agosto en la capital.



Apoyo los lienzos en la pared, saco los cascos, voy a poner música… y le veo. Vamos que si le veo. Con su carpetita y su chaleco, elementos distintivos de aquellos que quieren que te afilies a su causa.

Esa gente a la que siempre ignoramos o evitamos, o nos inventamos que ya somos socios o nos hacemos pasar por extranjeros (yo cuelo por sueca, vosotros no se).

Pero hoy no me perseguía nadie y tenía quince minutos para verlas venir, así que hemos charlado un rato.
Al principio yo muy fría, total, era hasta que viniera el bicho rojo con ruedas e irme corriendo diciendo que ya me lo pienso y me hago socia por internet.

Me fijo en su mano. Tiene una bolsa pequeña con algo pastoso dentro. El chico se da cuenta y me lo da.
“Es lo que comen los niños de los campos de refugiados. Tres bolsas al día de esto tienen los nutrientes básicos para un día”, me dice.

Me quedo helada. Tres jodidas bolsas al día de eso para no morir desnutridos. Para vivir.

Me dice el chico, aprovechándose de mi estado catatónico y pensativo, que son doce euros al mes y que si me hago socia.

Doce euros al mes, son trece céntimos la bolsita. Trece céntimos por comida. Poco más de cincuenta céntimos diarios para comer y poder hacer algo para su futuro.

Me he hecho socia, claramente. Basta con tocarme la fibra sensible (ya van tres ONG en lo que va de año, ya les vale, al final voy a acabar manteniendo yo la lucha contra la pobreza en el mundo).


Pensadlo, por favor. Doce euros al mes para salvar una vida. Pequeños actos que hacen de nosotros mejores personas y un mundo un poco menos desigual. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario